Buscando el código fuente del plato perfecto, la nueva obsesión de Elon Musk se hace realidad. Nueva frontera para el patrón de Tesla.
Elon Musk, una figura sinónimo de empresas audaces, busca constantemente nuevas fronteras. Desde revolucionar los vehículos eléctricos y ser pionero en la exploración espacial hasta aventurarse en la inteligencia artificial e incluso la neurotecnología, su carrera es un testimonio de una búsqueda implacable de desafíos ambiciosos que buscan remodelar industrias y superar los límites de la innovación humana.
El nuevo desafío del patrón de Tesla es una obra futurista, en un nuevo campo comercial para el magnate que sigue dividiendo a la opinión pública, entre quienes lo definen como un genio visionario y quienes no lo aprecian.
La noticia está confirmada: Elon Musk abrirá en Los Ángeles su primer restaurante, ambientado de manera futurista. Muchos esperan de ver cómo será el “Tesla Diner and Drive-In”, el nuevo proyecto del magnate, cuya construcción del edificio avanza en el boulevard de Santa Mónica. A pesar del progreso, el CEO de Tesla todavía no confirmó la fecha de inauguración del local.
Hace unos días el diario New York Times publicó los primeros detalles sobre el proyecto de restaurante de Elon Musk, el “Tesla Diner and Drive-In” que abrirá sus puertas en Hollywood, una combinación que combina la iconografía americana de los años 50 con un estilo de ciencia ficción; pantallas gigantes para entretener a los usuarios de los coches eléctricos de Musk mientras cargan en las columnas Supercharger, y un menu del que se habla mucho.
Según las últimas noticias, el menú estará a cargo del chef Eric Greenspan, un emprendedor angelino que tiene una empresa de restaurantes virtuales y una marca boutique de quesos estadounidenses, como comentado por el mismo Musk: “Será genial”, que ya en 2018 comentaba en lo que entonces era Twitter como “un autocine clásico, patines y un restaurante de rock”.
Varios restauradores y chefs han expresado en entrevistas su negativa a trabajar con Tesla, algunos de ellos de forma anónima por temor a represalias de los seguidores de Elon Musk. Esta reticencia se hizo evidente tras los comentarios del chef y propietario de République en Los Ángeles, Walter Manzke, al The New York Times. Manzke mencionó que un restaurante de Tesla “sonaba emocionante” y que su esposa y socia, Margarita, había mostrado interés en adquirir un vehículo de la marca.
Estas declaraciones desataron una ola de críticas en redes sociales contra Manzke. Ante la reacción adversa, el chef publicó una aclaración en Instagram, enfatizando que la mención sobre la posible compra de un Tesla se refería únicamente a la exploración de opciones de vehículos eléctricos y no constituía una declaración política. Subrayó que valoran la innovación y la sostenibilidad, respetan todas las opiniones y que République es un espacio inclusivo, apolítico y abierto a personas de cualquier origen o creencia.
Sin embargo, numerosos usuarios manifestaron su intención de no volver a visitar République, pero la situación escaló hasta el punto en que Manzke desactivó los comentarios de la publicación y posteriormente la eliminó. Hasta el momento, no ha ofrecido más declaraciones al respecto.
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