Federico García Lorca es, sin duda, una de las figuras más influyentes y queridas de la literatura en lengua española del siglo XX.
Poeta, dramaturgo, narrador ocasional, músico y dibujante, Lorca encarna la unión perfecta entre sensibilidad artística, compromiso social y una profunda comprensión del alma humana. Su obra, marcada por la tradición popular andaluza y el espíritu innovador de las vanguardias, continúa siendo objeto de estudio, inspiración y admiración en todo el mundo.

Nacido en 1898 en Fuente Vaqueros, un pequeño pueblo de Granada, Lorca creció rodeado de música, naturaleza y tradiciones rurales que influirían profundamente en sus futuros textos. Desde joven mostró una gran inclinación por las artes: estudiaba piano, escribía poesía y se interesaba por el folclore español, especialmente por el cante jondo, al que dedicaría una célebre conferencia.
Más tarde se trasladó a Madrid, donde ingresó en la Residencia de Estudiantes, un ambiente intelectual vibrante en el que entabló amistad con figuras como Salvador Dalí y Luis Buñuel. La poesía de García Lorca se caracteriza por una mezcla única de imágenes intensas, símbolos potentes y un lenguaje musical que sorprende por su belleza.
Federico García Lorca
Obras como Romancero gitano y Poeta en Nueva York demuestran su capacidad para transformar lo cotidiano en algo profundamente emocional y cargado de significado. En el Romancero, Lorca reinventa la tradición de los romances españoles desde una perspectiva moderna, otorgando voz a personajes marginales y explorando temas como el destino, la libertad y el deseo. En Poeta en Nueva York, su escritura se vuelve más experimental, reflejando la angustia y el asombro que le produjo la sociedad industrial y deshumanizada de la gran ciudad estadounidense.

Como dramaturgo, Lorca revolucionó el teatro español con un estilo que combinaba poesía, simbolismo y crítica social. Obras como Bodas de sangre, Yerma y La casa de Bernarda Alba forman parte de su célebre “trilogía rural”, en la que explora las tensiones entre pasión y tradición, libertad y represión, deseo y autoridad. Estos dramas, protagonizados en su mayoría por mujeres, muestran una sensibilidad extraordinaria hacia la injusticia, la opresión social y los conflictos íntimos del ser humano.
La vida de Federico García Lorca fue trágicamente interrumpida en 1936, al inicio de la Guerra Civil española. Su asesinato, motivado por razones políticas e ideológicas, privó al mundo de uno de sus creadores más brillantes. Sin embargo, su obra sigue viva, desafiando el paso del tiempo y manteniendo intacta su fuerza poética. Lorca no solo fue un gran artista: fue un símbolo de libertad, creatividad y defensa de la dignidad humana.
Hoy, su legado continúa inspirando a lectores, escritores, músicos y directores de teatro. Federico García Lorca es, y seguirá siendo, un genio de la literatura cuya voz resuena más allá de las fronteras y de las épocas.





