Laura Alonso es una de las figuras más influyentes del ballet latinoamericano y mundial. Hija de la legendaria bailarina cubana Alicia Alonso y del coreógrafo español Fernando Alonso, nació rodeada de arte, rigor y pasión por la danza.
Aunque su linaje podría haberla definido por sí solo, Laura forjó una carrera propia, consolidándose como maestra, intérprete y embajadora del ballet clásico en diversos países. Su trayectoria no solo refleja disciplina y entrega, sino también un compromiso profundo con la enseñanza y la preservación de la técnica académica.
Desde muy joven, Laura recibió formación en la Escuela Nacional de Ballet de Cuba, un semillero reconocido internacionalmente por su exigente nivel técnico. Allí se destacó no solo por la destreza física, sino también por la madurez artística que mostraba en cada interpretación. Su carrera como bailarina la llevó a presentarse en los principales escenarios de Cuba y del extranjero, interpretando roles emblemáticos del repertorio clásico como Giselle, El lago de los cisnes y Don Quijote. Su estilo combinaba la fuerza característica de la escuela cubana con una musicalidad delicada, cualidades que la convirtieron en una intérprete admirada por críticos y públicos.
Lo que distingue a Laura Alonso, sin embargo, va más allá del escenario. Con los años se enfocó de manera progresiva en la pedagogía, convencida de que transmitir conocimientos es una forma esencial de perpetuar la tradición del ballet. Fundó y dirigió el Centro ProDanza de La Habana, una institución clave para la formación de bailarines y maestros de varios países. Desde este espacio impulsó cursos internacionales, talleres intensivos y programas de perfeccionamiento técnico que atrajeron a estudiantes de todo el mundo. Sus clases son reconocidas por la precisión metodológica y por un enfoque directo que busca despertar el verdadero potencial de cada alumno.
Además de su labor docente, Laura ha sido invitada como jurado y maestra a numerosos concursos y compañías internacionales. Su presencia es sinónimo de autoridad artística: domina la técnica, conoce el repertorio clásico de manera exhaustiva y exige a los bailarines un nivel de concentración y entrega que refleja toda una vida dedicada al arte. Su visión pedagógica sostiene que la excelencia se alcanza con disciplina, pero también con respeto por la individualidad del intérprete.
Su legado en la danza clásica
El legado de Laura Alonso es amplio y sigue creciendo. Ha formado generaciones enteras de bailarines que hoy integran compañías de renombre en América, Europa y Asia. Muchos de ellos reconocen en sus enseñanzas un antes y un después en su desarrollo técnico y artístico. Mediante ProDanza y sus constantes giras pedagógicas, Laura ha contribuido a difundir la técnica cubana, hoy considerada una de las escuelas más completas del mundo por su equilibrio entre fuerza, virtuosismo y elegancia.
Su influencia también ha sido fundamental para mantener viva la tradición del Ballet Nacional de Cuba y para consolidar a la isla como potencia cultural. A través de su trabajo incansable, ha demostrado que el ballet no es solo espectáculo, sino también herencia, disciplina y transformación personal.
En cada alumno que forma, en cada clase que imparte y en cada escenario que visita, Laura Alonso reafirma su lugar como una verdadera grande del ballet.
