La Escalivada es uno de los platos más emblemáticos de la cocina catalana y, por extensión, de la gastronomía mediterránea. Su nombre proviene del verbo catalán escalivar, que significa “asar al rescoldo” o “asar sobre brasas”.
Este plato sencillo y saludable se basa en verduras asadas —principalmente berenjenas, pimientos, cebollas y tomates— que, una vez peladas y aliñadas con aceite de oliva virgen extra, se convierten en una explosión de sabor, color y textura.
La Escalivada es una receta de origen humilde, nacida en los hogares rurales donde se aprovechaban las brasas de la chimenea para cocinar. Sin embargo, su simplicidad es proprio ciò che le conferisce una eleganza rustica e un sapore autentico. La sua versatilità la rende perfetta come antipasto, contorno o come base per altri piatti più complessi, come le tartine, i panini o persino le pizze.
Para prepararla al estilo tradicional, se necesitan pocos ingredientes, pero de alta calidad: berenjenas, pimientos rojos, cebollas y tomates maduros. El secreto está en el asado: las verduras se colocan enteras sobre una parrilla o directamente en el horno, preferiblemente con fuego de leña o carbón, para obtener ese característico aroma ahumado. Se dejan asar hasta que la piel se ennegrezca y la pulpa quede tierna.
Una vez cocidas, se cubren con un paño o se guardan en una bolsa durante unos minutos para que el vapor facilite retirar la piel. Después, se pelan cuidadosamente, se eliminan las semillas de los pimientos y se cortan todas las verduras en tiras largas. Se colocan en una fuente y se aliñan con aceite de oliva virgen extra, sal marina y, opcionalmente, un poco de ajo picado o vinagre de vino blanco.
Para lograr una Escalivada auténtica, lo más importante es respetar la tradición del asado lento. Las brasas aportan un sabor inigualable que el horno convencional puede imitar, pero nunca igualar del todo. Si se usa horno, se recomienda cocinar las verduras a unos 220°C durante 45-60 minutos, girándolas de vez en cuando para que se asen de manera uniforme.
Otro truco consiste en no mezclar las verduras inmediatamente después del asado. Es preferible colocarlas por separado para que cada una mantenga su sabor y textura distintivos, y combinarlas justo antes de servir.
La Escalivada es también una opción excelente para quienes siguen una dieta vegana o vegetariana, ya que está elaborada únicamente con ingredientes vegetales y aceite de oliva. Además, es rica en fibra, antioxidantes y vitaminas, lo que la convierte en un plato no solo sabroso, sino también muy saludable.
Por último, si quieres disfrutarla al estilo catalán más tradicional, acompáñala con un trozo de pan rústico tostado y una copa de vino tinto joven. Así, descubrirás por qué este plato sencillo sigue siendo, después de siglos, un símbolo de la cocina mediterránea más pura y natural.
Algunas variantes incluyen añadir anchoas, atún en conserva o aceitunas negras, lo que aporta un toque salado que combina perfectamente con la dulzura de las verduras asadas. La Escalivada se sirve generalmente a temperatura ambiente, lo que la convierte en un plato ideal para los meses cálidos.
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