Alejandro Amenábar nació el 31 de marzo de 1972 en Santiago de Chile, pero creció en España después de que su familia se trasladara a Madrid durante su infancia.
Desde muy joven mostró una enorme curiosidad por el cine y la narración visual. Pasaba horas escribiendo guiones y grabando pequeños cortometrajes caseros, impulsado por su pasión por contar historias y su fascinación por el misterio y lo desconocido. Estudió Imagen en la Universidad Complutense de Madrid, aunque abandonó sus estudios para dedicarse completamente al cine, convencido de que su destino estaba detrás de una cámara.

Su primera película, “Tesis” (1996), fue un auténtico fenómeno en España. Con un presupuesto limitado, Amenábar exploró el lado oscuro de la sociedad y los límites éticos de la violencia audiovisual. La cinta ganó siete premios Goya, incluido el de Mejor Película, y reveló a un nuevo talento que sabía unir inteligencia narrativa y tensión psicológica. Apenas un año después, rodó “Abre los ojos” (1997), un thriller filosófico que mezclaba amor, identidad y realidades paralelas. Su éxito internacional llevó a que la historia fuera adaptada en Hollywood por Cameron Crowe bajo el título “Vanilla Sky”, protagonizada por Tom Cruise.
Además de dirigir, Amenábar compone la música de la mayoría de sus películas, integrando imagen y sonido en una simbiosis perfecta. Su sensibilidad musical refuerza el tono emocional y el ambiente inquietante de sus relatos, convirtiéndolo en un autor total, capaz de controlar cada aspecto del proceso creativo.
Reconocimiento mundial y madurez artística
El salto definitivo de Alejandro Amenabar a la escena internacional llegó con “Los otros” (2001), un elegante film de terror gótico protagonizado por Nicole Kidman. Rodada en inglés, la película se convirtió en un éxito de crítica y taquilla en todo el mundo, consolidando a Amenábar como uno de los directores más importantes del cine contemporáneo. Su capacidad para combinar suspense, emoción y reflexión filosófica le permitió trascender los límites del cine español y proyectarse hacia un público global.

Tres años después, estrenó “Mar adentro” (2004), una obra profundamente humana sobre la eutanasia y la libertad individual, basada en la historia real de Ramón Sampedro. El film conmovió al público y a la crítica, obteniendo el Óscar a la Mejor Película de Habla No Inglesa y numerosos premios internacionales. Con esta película, Amenábar demostró que el cine podía ser un medio para abordar debates éticos y emocionales sin perder belleza ni profundidad.
En sus obras posteriores, como “Ágora” (2009), “Regresión” (2015) y “Mientras dure la guerra” (2019), exploró temas históricos, religiosos y políticos, siempre desde una mirada crítica y sensible. Su filmografía refleja una constante búsqueda de sentido, una reflexión sobre la verdad, la identidad y la condición humana.
Amenábar ha transformado el cine español moderno al demostrar que la calidad artística y la ambición internacional no son incompatibles. Su estilo elegante, su rigor narrativo y su valentía temática han inspirado a toda una generación de cineastas que hoy continúan expandiendo los límites del cine hispano.