La Reina Letizia visitó Roma con motivo de la Jornada Mundial de la Alimentación y sorprendió con su elección de estilo al presentarse ante el Papa León XIV vestida de rojo.
Aunque los cánones protocolarios suelen reservar el blanco para las reinas católicas en un encuentro papal, Letizia no incurrió en error alguno: el acto no tenía carácter vaticano ni fue organizado por la Santa Sede.
Para la ocasión, Letizia lució un tailleur pantalón rojo fuego de Carolina Herrera, un diseño elegante y sobrio que ya había estrenado en una audiencia en el palacio en 2023. El conjunto pertenece en realidad a la colección pre-fall de 2019.
La estructura del traje era clásica: chaqueta entallada con botones contrastantes (en la parte frontal y en los puños) y pantalones de corte recto.
Lo acompañó con una camisa blanca con lazo al cuello, un guiño a la estética de Kate Middleton en sus encuentros oficiales.
Los accesorios complementaron el look con elegancia moderada por Letizia: una bolsa blanca de piel de Furla con estampado floral, en homenaje a Italia; unos salones nude de charol de Magrit; y joyería minimalista —solo pendientes de oro rosa y diamantes (de Gold & Roses) y su anillo de Corterno.
Como embajadora especial de la FAO, organismo que tiene su sede en Roma, Letizia ofreció un discurso de gran peso discursivo. Habló sobre los retos de la alimentación global, destacando las cifras angustiosas: más de 600 millones de personas sin acceso suficiente a alimentos y casi 3 mil millones que no pueden permitirse comida saludable.
Su papel diplomático en este viaje relámpago reafirma la importancia de su compromiso con causas humanitarias.
Durante el evento, la Reina también saludó a figuras como Giorgia Meloni y el Rey del Lesotho, antes de encontrarse con el Pontífice.
Aunque este fue el segundo encuentro con el Papa —el primero tuvo lugar en la misa de entronización en mayo— en esa ocasión ella llevaba un vestido blanco con mantilla, respetando el privilegio del vestir de blanco otorgado a las reinas católicas.
La elección del rojo en esta ocasión, lejos de ser una negligencia de estilo, transmite fuerza, presencia y seguridad. En un contexto no protocolario vaticano, Letizia demostró que puede innovar con elegancia sin romper los códigos tácitos de respeto. Su look fue comentado como una perfecta combinación entre audacia y mesura, consolidando su imagen como una reina moderna, consciente de los protocolos, pero con carácter propio.
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