Benidorm, situada en la provincia de Alicante, en la soleada Costa Blanca, es uno de los destinos turísticos más emblemáticos de España.
Lo que hace de Benidorm un lugar tan especial es su capacidad para combinar la modernidad de una gran ciudad con la tranquilidad del mar Mediterráneo.

Sus rascacielos, visibles desde kilómetros de distancia, contrastan con las aguas cristalinas que bañan sus playas doradas. Este equilibrio perfecto entre naturaleza y urbanismo convierte a Benidorm en una ciudad única, donde cada visitante encuentra su propio espacio para disfrutar.
Las playas de Benidorm son sin duda su mayor tesoro. La Playa de Levante, por ejemplo, es famosa por su ambiente animado, sus numerosos bares, restaurantes y actividades acuáticas. En cambio, la Playa de Poniente ofrece un entorno más relajado, ideal para quienes buscan tranquilidad y vistas impresionantes al atardecer. Además, la ciudad cuenta con calas más pequeñas y escondidas, como la Cala del Tío Ximo, perfecta para practicar snorkel y disfrutar de la vida marina.
Más allá del mar, Benidorm ofrece una amplia gama de opciones culturales y de ocio. El casco antiguo, conocido como “El Castillo” o “El Mirador del Mediterráneo”, es un laberinto de calles estrechas llenas de encanto, con tiendas tradicionales y bares donde se pueden degustar tapas típicas. Desde lo alto del mirador, la vista panorámica de las dos playas principales es simplemente inolvidable. También vale la pena visitar la Iglesia de San Jaime y Santa Ana, una joya arquitectónica del siglo XVIII que refleja la historia de la ciudad.
Entre diversión, cultura y naturaleza
Benidorm es también conocida como la “Nueva York del Mediterráneo” por su impresionante skyline. Sus más de 300 rascacielos la convierten en la ciudad con más edificios altos por habitante del mundo. Este ambiente cosmopolita se complementa con una oferta de ocio incomparable: parques temáticos como Terra Mítica, Aqualandia o Mundomar hacen las delicias de familias y grupos de amigos. Además, la vida nocturna de Benidorm es legendaria: bares, discotecas y locales con música en vivo animan las noches hasta el amanecer.

Para los amantes de la naturaleza, la Sierra Helada ofrece rutas de senderismo espectaculares con vistas al mar. Desde su cima se puede admirar la Isla de Benidorm, un pequeño islote que alberga una reserva marina. Los alrededores también invitan a explorar pueblos con encanto como Altea o Guadalest, que conservan la esencia del Mediterráneo más auténtico.
En definitiva, Benidorm no es solo un destino de sol y playa. Es una ciudad llena de vida, historia y contrastes. Aquí, cada visitante puede encontrar su propio ritmo: desde el relax absoluto hasta la diversión más intensa. Benidorm representa lo mejor del espíritu mediterráneo: hospitalidad, alegría y belleza sin límites.