¿Quién lo diría? A estas alturas del año, cuando se supone que la temporada ya ha tomado su curso, aquí estamos, en España, hablando de Luka Modric y su increíble impacto en Italia.
Su despedida del Real Madrid fue digna de un rey, llena de aplausos, lágrimas y el agradecimiento de una afición que lo vio darlo todo durante una década.
Su marcha al AC Milan, a sus 39 años, se entendió como el cierre natural de un ciclo. Una leyenda que iría a un club histórico para disfrutar de sus últimos años, aportando experiencia, pero sin la presión de ser protagonista.
Pero el fútbol, como la vida, siempre nos sorprende. Porque lo que estamos viendo en la Serie A no es un jugador al final de su carrera, sino un maestro en pleno apogeo. Desde que se puso la camiseta rossonera, Luka no ha hecho más que confirmar que su talento no tiene fecha de caducidad.
Su visión de juego, sus pases milimétricos y su liderazgo en el campo han transformado al equipo italiano. ¿Y qué pasa en Madrid? Mientras lo vemos brillar en San Siro, la pregunta flota en el aire: ¿Nos equivocamos? ¿Es Luka un lamento para el Real Madrid?
¿Es Modric un lamento para el Real Madrid? Su gran inicio en el Milan
La respuesta a esa pregunta parece más clara cada día. Las estadísticas no mienten. Recientemente, Modric ha entrado en la historia de la Serie A, batiendo un récord que se mantenía desde hace décadas. Según las crónicas, ha superado a la leyenda sueca Nils Liedholm al convertirse en el jugador más veterano en alcanzar un número récord de asistencias en las primeras jornadas del campeonato. Esto no es casualidad; es el resultado de un futbolista que juega con una inteligencia superior y una pasión inagotable.
Mientras tanto, en el centro del campo del Real Madrid, aunque tenemos un talento joven y prometedor, a veces se echa de menos esa pausa, esa chispa, esa capacidad para romper líneas con un solo toque que solo Luka poseía.
No es una crítica a los jugadores actuales, que son fantásticos, sino un recordatorio de la dimensión del vacío que ha dejado un genio. El Milan ha sabido valorar su talento, dándole un rol protagonista y la confianza que merecía. Lo que para nosotros fue un adiós, para ellos ha sido la bienvenida a un futbolista que está dando una clase magistral de longevidad y excelencia.
