El cine español ha dado al mundo historias intensas, visuales inolvidables y personajes que se quedan en la memoria.
Entre todos los nombres que han dejado huella, hay algunos que brillan con luz propia. Algunos son tan conocidos que casi no necesitan presentación, otros, en cambio, aparecen como una grata sorpresa cuando se revisa la historia del séptimo arte en España.

Hablar de Luis Buñuel es hablar de provocación, de libertad creativa y de un cine que no teme incomodar. Con El ángel exterminador llevó al espectador a un territorio extraño y fascinante, donde lo cotidiano se convierte en un juego inquietante. Buñuel supo combinar lo surrealista con lo político, creando imágenes que aún hoy siguen siendo estudiadas en escuelas de cine de todo el mundo. Lo vi por primera vez en una copia antigua, proyectada en una filmoteca, y recuerdo salir con más preguntas que respuestas… y con ganas de volver a verla.
En un registro completamente distinto, Pedro Almodóvar ha sido, y sigue siendo, el gran embajador del cine español contemporáneo. Todo sobre mi madre no solo le valió un Oscar, sino que demostró su capacidad de narrar emociones universales con un estilo muy personal: colores vivos, diálogos afilados y una sensibilidad hacia sus personajes que traspasa la pantalla. Almodóvar habla de mujeres, deseo, soledad y familia, y lo hace con una naturalidad que engancha incluso a quien no suele ver cine español.
El caso de Alejandro Amenábar es fascinante. En Los otros, demostró que el suspense y el terror psicológico no son patrimonio exclusivo de Hollywood. Su forma de construir atmósferas densas y de guiar al espectador por un camino que parece claro… hasta que no lo es, le ha convertido en uno de los directores más versátiles de su generación. La primera vez que vi la película, no podía dejar de pensar en lo bien que juega con la luz y el silencio, algo que en el cine comercial suele pasarse por alto.
Uno de ellos te sorprenderá
Y entonces llega Álex de la Iglesia, el nombre que quizás no todos esperan encontrar en esta lista, pero que merece estar aquí. Su El día de la bestia es una montaña rusa de humor negro, crítica social y puro caos narrativo. Álex no teme mezclar géneros, reírse de todo y a la vez hacer cine con personalidad. Puede que no sea del gusto de todos, pero ahí está su encanto: no busca complacer, busca contar la historia como él la imagina, con todo su exceso y su ironía.

Cada uno de estos directores ha aportado algo distinto al cine español: Buñuel abrió caminos insospechados, Almodóvar convirtió lo íntimo en universal, Amenábar jugó con el suspense como pocos, y De la Iglesia rompió todas las reglas para crear otras nuevas. Quizá eso es lo que hace tan rica esta cinematografía: la variedad, la valentía y la capacidad de sorprender.
Y tú, ¿cuándo fue la última vez que viste una película española que realmente te cambiara la forma de mirar?