La familia real inglesa sigue atrayendo la atención de los medios y seguidores, pero tampoco faltan las críticas. Pero esta vez no se trata de la disputa con Harry.
El rey Carlos III es monarca del Reino Unido desde septiembre de 2022, y es conocido por su compromiso con la sostenibilidad y la modernización de la monarquía, como demuestra su reciente decisión.
El Rey Carlos III ha marcado un hito en la historia de la monarquía británica al prescindir del uso del tren real, un símbolo de tradición que se remonta a la época victoriana. Esta audaz decisión, que forma parte de un plan más amplio de reducción de costos y modernización, se ha dado a conocer con la publicación de las cuentas anuales de la Casa Real para 2024/25. La medida busca alinear los gastos de la realeza con las expectativas modernas, en un momento en que la Subvención Soberana, el financiamiento estatal para la dinastía Windsor, se mantiene estable en 86,3 millones de libras esterlinas para cubrir los gastos institucionales de la familia.
La razón principal detrás de esta retirada es el exorbitante costo operativo del tren real. Para ponerlo en perspectiva, un viaje de solo dos días en febrero, que abarcó desde Gloucestershire hasta Staffordshire y Londres, supuso un desembolso superior a las 44.000 libras esterlinas. A esta cifra se suman los considerables gastos de mantenimiento del convoy, compuesto por nueve vagones y operado por diversas locomotoras. Se espera que el tren realice un último recorrido nacional antes de, muy probablemente, encontrar su lugar en un museo en los próximos dos años.
La renuncia al tren real, tan apreciado por la difunta Reina Isabel II, refleja un cambio significativo en los hábitos de viaje de la familia real. De ahora en adelante, sus desplazamientos se realizarán en servicios ferroviarios comerciales y otros medios de transporte, incluyendo el helicóptero. Esta medida responde directamente a la necesidad de controlar los crecientes gastos de transporte, que alcanzaron los 4,7 millones de libras esterlinas, un aumento de 500.000 libras respecto al año anterior. Un ejemplo palpable de estos costos es la reciente visita de Estado del Rey Carlos y la Reina Camilla a Australia y las Islas Samoa en octubre de 2024, que supuso una inversión de 400.000 libras.
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