Dormir en un hotel durante un viaje puede ser muy difícil debido al jet lag o a las diferentes costumbres: con estos trucos se mejora el sueño y uno se despierta descansado.
Viajar, aunque emocionante, a menudo lleva el estrés de adaptarse a un nuevo entorno, especialmente en un hotel. Tras largas horas de vuelo y el consiguiente jet lag (la alteración del ritmo circadiano por los cambios de huso horario), conciliar el sueño puede ser un desafío. Esta desincronización horaria, junto con otros factores, puede generar malestar, cansancio, ansiedad e irritabilidad, haciendo que dormir fuera de casa no sea tan sencillo.
Estrategias clave para un descanso óptimo
A pesar de que los hoteles se esmeran en ofrecer el máximo confort, las diferencias en las costumbres y el entorno desconocido pueden interferir con el descanso. Es común sentirse desorientado, molesto por ruidos a los que no estamos acostumbrados o por una iluminación inadecuada. Sin embargo, los expertos en viajes ofrecen trucos sencillos para garantizar un sueño perfecto y un despertar renovado.
Para afrontar las aventuras del viaje y sentirte fresco, un buen sueño es fundamental, y una rutina simple puede facilitarlo. Los viajeros experimentados sugieren comenzar eligiendo una habitación en los pisos más altos y lejos de zonas ruidosas como ascensores o entradas. Siempre es recomendable llevar tapones para los oídos para un aislamiento adicional si lo necesitas.
La cama y la habitación son cruciales para el descanso. Haz que el espacio te resulte más familiar rociando tu perfume o desodorante habitual, o incluso trayendo una manta o almohada personal. Si la almohada del hotel no es cómoda, no dudes en pedir una de repuesto o una adicional.
La temperatura de la habitación también influye significativamente; lo ideal es que esté fresca, no superando los 20 grados. Antes de acostarte, evita las comidas pesadas y el consumo de alcohol, ya que dificultan la digestión y, por ende, el sueño.
Cuidado con el uso de la tecnología, que antes de dormir debe ser limitado. Es vital crear un ambiente de oscuridad total a la hora de acostarse. Una mascarilla para los ojos es un imprescindible en tu maleta, especialmente si las persianas de la habitación no cierran completamente. Con estos pequeños ajustes, podrás transformar tu estancia en el hotel en una experiencia de descanso óptimo y sobre todo tener toda la energia necesaria para disfrutar de las actividades del día sin sentirte cansado.
