Escalar el Everest es desde siempre uno de los sueños de muchas personas, pero ahora podría volverse aún más difícil.
La temporada de escalada de 2025 está a punto de concluir, con aproximadamente 525 cumbres alcanzadas desde ambas vertientes, y el debate sobre la seguridad y la sostenibilidad del Everest continúa.
Las propuestas clave
Nepal ha propuesto un nuevo proyecto de ley de turismo que podría endurecer significativamente los requisitos para escalar el Monte Everest, introduciendo exigencias más estrictas para alpinistas y guías, así como nuevas tarifas y seguros. Sin embargo, como suele ocurrir con este tipo de propuestas, su implementación efectiva sigue siendo incierta.
El proyecto de ley, presentado en mayo de 2025, busca mejorar la seguridad y la gestión del Everest. Entre las nuevas normativas más significativas se incluyen:
Experiencia previa: Los aspirantes a escalar el Everest deberían haber ascendido previamente una cumbre nepalesa de 7.000 metros. Esta regla excluiría la experiencia en cimas de altura similar en otros países o cumbres populares como el Ama Dablam en Nepal, que está ligeramente por debajo de los 7.000 metros. El objetivo es asegurar que solo alpinistas con experiencia comprobada en alta montaña intenten la cima, un punto generalmente bien recibido por la comunidad alpinista.
Guías nepaleses: Todos los guías, incluyendo los sirdar (jefes sherpas) y los asistentes de expedición, deberían ser ciudadanos nepaleses. Esta medida busca fomentar el empleo local, aunque su aplicación podría ser compleja.
Certificados médicos: Los escaladores deberán presentar un certificado médico reciente emitido por una institución aprobada por el gobierno nepalí.
Gestión de residuos y costos de recuperación de cuerpos: El depósito reembolsable de 4.000 dólares por la recolección de residuos sería reemplazado por una tarifa no reembolsable. Además, se introduciría un seguro obligatorio para cubrir los elevados costos (entre 30.000 y 70.000 dólares) de la recuperación de cuerpos de la montaña.
A pesar de las constantes propuestas anuales para mejorar la seguridad y sostenibilidad en el Everest, pocas se implementan debido a la resistencia de las compañías de guías y la falta de capacidad gubernamental para hacer cumplir las normativas. El gobierno de Nepal es reacio a imponer reglas estrictas que puedan reducir el turismo, una fuente de ingresos vital que generó 4 millones de dólares en regalías en 2024 con 374 escaladores.
Aunque problemas como el hacinamiento, la acumulación de residuos y el aumento de víctimas (18 en 2023, 8 en 2024) evidencian la necesidad de regulación, expertos sugieren que estas propuestas buscan más promover el negocio y dar una imagen de seguridad que aplicarse rigurosamente. En contraste, la vertiente tibetana del Everest, gestionada por China, tiene reglas mucho más estrictas y un menor nivel de congestión, exigiendo experiencia previa, certificaciones médicas y guías profesionales, lo que demuestra un cumplimiento inflexible de las normativas.
