¿Tu maleta parece a punto de explotar? Cierra el círculo con estos trucos infalibles y lleva todo lo que quieras.
Seamos sinceros: hacer la maleta es un arte, y para muchos, un verdadero dolor de cabeza. Justo cuando crees que lo tienes todo listo, ¡zas!, la cremallera no cede.
Es un escenario familiar: te sientas sobre ella, forcejeas, y al final, acabas sacrificando esa camiseta que tanto te gusta o ese cosmético imprescindible. ¿La razón? El temido equipaje medio abierto que no te dejarán subir al avión o al tren.
Pero hay una forma de meter todo lo que quieres sin renunciar a nada y sin destrozar tu maleta. Sí, es posible, y la clave está en la organización y en conocer algunos trucos que maximizan cada centímetro cuadrado de tu equipaje. Olvídate de forzar la cremallera o de sentarte encima; eso solo te traerá frustración y una maleta rota.
Hoy te desvelamos esas estrategias infalibles para que hacer la maleta deje de ser un drama y se convierta en un juego de niños. ¡Prepárate para empacar como un experto!
Esto es lo que debes hacer:
Planificación previa: antes de siquiera abrir el armario, tómate un momento para planificar. Crear una lista de lo que necesitas es el primer paso. Una vez que la tengas, revísala cuidadosamente y elimina cualquier elemento innecesario. Esto te ayudará a ser más eficiente y a evitar el desorden.
Empieza por lo básico: zapatos y calcetines. No subestimes el volumen de los zapatos y los calcetines. Es un error común dejarlos para el final. En su lugar, busca un lugar adecuado para ellos desde el principio. Esto te permitirá acomodar el resto de tus pertenencias sin tener que hacer malabares más tarde.
Maximiza el espacio: enrolla tu ropa. Olvídate de doblar tus camisetas y otras prendas. Enrollar la ropa es una técnica mucho más eficiente que no solo ahorra espacio, sino que también minimiza la aparición de arrugas. ¡Tu ropa te lo agradecerá al llegar a tu destino!
No dejes espacios vacíos: aprovecha cada rincón. Los objetos pequeños son tus aliados. Aprovecha cada pequeño hueco que encuentres en tu maleta para insertar artículos como joyas, accesorios o incluso cargadores. La clave está en ser creativo y buscar esos pequeños espacios disponibles.
Versiones mini: reduce el volumen de líquidos y medicamentos. Llevar botellas de tamaño completo de productos de higiene personal o medicamentos es un desperdicio de espacio. Opta por botellas de viaje rellenables para tu gel de ducha, champú y otros líquidos. De igual manera, si tu viaje es corto, reduce la cantidad de medicamentos a lo estrictamente necesario. Este simple gesto te sorprenderá con la cantidad de espacio que libera.
La base robusta: coloca tus jeans abajo. Los pantalones, especialmente los jeans, son prendas más pesadas y voluminosas. Por eso, es recomendable crear la primera capa de tu maleta con ellos. Al colocarlos en la parte inferior, no solo aprovechas su densidad para crear una base sólida, sino que también optimizas el espacio disponible.
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