El nuevo Papa Leon XIV es un papa joven y moderno, que tiene una pasión por el deporte y que hizo una confesión sobre este tema.
Ayer, jueves 8 de mayo, otra página en la historia de la Iglesia y de la humanidad se ha escrito con la elección del nuevo Papa Robert Prevost, que eligió el nombre de León XIV.
Gran emoción hubo ayer, a las 18.08 horas, cuando todas las miradas del mundo se fijaron en la chimenea de la Capilla Sixtina y celebraron finalmente la fumata blanca que significa “Habemus Papam”.
Papa León XIV y el deporte
El Cónclave para elegir el sucesor del Papa Francisco comenzó la tarde del miércoles 7 de mayo, con una primera votación y una primera fumata negra después del “Extra Omnes” que cerró las puertas de la Capilla Sixtina donde los cardenales habían jurado antes de decidir el nombre del futuro Pontífice. La elección del nuevo Papa Prevost llegó a la cuarta votacion.
Desde el momento de que se reveló el nombre del nuevo Pontífice, todo el mundo se volvió curioso de conocer a su historia y sus pasiones pasadas y presentes. De hecho, el Papa León XIV tiene mucho en común con el Papa Francisco, per no hablamos de algo espiritual. Te lo contamos.
El Papa Francisco era un gran aficionado de fútbol, todo el mundo sabe que era un fanático del San Lorenzo de Almagro, su equipo argentino favorito que le rindió homenaje en muchas ocasiones hasta su muerte. El nuevo Papa Francis Prevost, dio a conocer hace tiempo, que él también tiene una pasión deportiva, pero no se trata del fútbol tan querido a su precedesor.
Prevost, como estadounidense nacido en Chicago, Illinois, es un gran admirador del beisbol y seguidor del equipo White Sox de las Grandes Ligas de Beisbol (MLB), pero no todos saben que es un admirador del tenis, un deporte que reveló haber practicado en algún momento de su vida, aunque no a nivel profesional. Fue el mismo Prevost a explicarlo en una entrevista: “Me consideró un buen tenista amateur. Desde que dejé Perú, he tenido pocas oportunidades de jugar, así que espero volver a las canchas“.
Además, cuando Prevost fue misionero en Perú donde vivió 35 años, se convirtió también en un aficionado del Club Deportivo Juan Pablo II, equipo peruano de futbol de la provincia de Chiclayo.
