Si trabajas en un momento particular del día, esto te hace envejecer más rápido: lo explican los expertos.
Durante muchos años, los expertos y médicos han enfatizado el importante papel que juega el trabajo en la vida de las personas y que puede tener efectos tanto positivos como negativos.
El bienestar psicofísico es fundamental para la salud general del ser humano, y un papel importante también juega la gestión del tiempo de trabajo, y cómo éste afecta al equilibrio y al descanso.
Un estudio realizado en peces dirigido por el King’s College de Londres y publicado en la revista PNAS de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos, descubrió que las personas que trabajan en turnos de noche corren el riesgo de envejecer mucho más rápidamente.
La causa es un reloj biológico alterado dentro de las células musculares, modificado por la actividad nocturna, que conduce a una pérdida de tejido muscular y de fuerza, similar a lo que se observa durante el envejecimiento. Las consecuencias para la salud pueden ser graves, e incluir discapacidad física, mayor riesgo de caídas y fracturas y una reducción general de la calidad de vida.
En su estudio, los investigadores eligieron como organismo modelo el pez cebra, un animal muy utilizado en ciencia por sus características ventajosas: una considerable afinidad genética con los humanos (hasta un 70%), su facilidad de manejo en el laboratorio y su particularidad de ser transparente, lo que permite una fácil visualización incluso de los músculos internos.
Las investigaciones han revelado que las células musculares tienen su propio sistema interno de regulación del tiempo. Durante la noche, este reloj desencadena la descomposición de las proteínas defectuosas que se han acumulado durante el día, promoviendo la regeneración muscular mientras el cuerpo está en reposo. Por el contrario, los peces con relojes musculares comprometidos exhibieron síntomas clásicos de envejecimiento acelerado. “Aunque no se observaron diferencias significativas en edades más jóvenes, como los seis meses o el año, los peces con un reloj muscular no funcional mostraron signos claros de envejecimiento prematuro a los dos años de edad. Eran más pequeños, pesaban menos y nadaban menos, tanto en frecuencia como en velocidad”, afirmó Jeffrey Kelu, autor principal del estudio. “Este hallazgo abre el camino a futuras estrategias terapéuticas que podrían tener un impacto positivo en el envejecimiento de las personas que realizan actividades laborales”.
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